¡Un nuevo día Mover!
¡El jueves es un nuevo día mover! Tras habernos asentado en Boston y ver las posibilidades que nos ofrece esta ciudad, el día se presenta completo.
Primero nos reunimos en el comedor del hotel y cogemos fuerzas con un buen desayuno.
Posteriormente nos dirigimos hacia el MIT Sloan para acudir a las jornadas: Frontiers of Innovation and Entrepreneurship. Allí nos dan la oportunidad de tener un Networking coffee con los participantes y cada uno entabla conversación con los diferentes actores, compartiendo inquietudes y dándose a conocer.
Una vez finalizado el café, acuden al encuentro Richie Bavasso, Sorin Grama, Natan Linder y Frederik Taarnhøj para hablarnos sobre su experiencia como líderes de distintas startups y empresas. Y es aquí donde una vez más afinamos nuestros oidos para dejarnos embaucar por su talento, aprendiendo los pilares de una gestión existosa e ilusionandonos con su propia historia.
Ya terminada la ronda de preguntas, salimos a medio correr junto con Amparo Güemes, becaria de la fundación Rafael del Pino, en dirección al MIT Fusion Reactor, nuestra próxima parada. Sin embargo, ya es hora de recuperar fuerzas, así que paramos a comer en una exquisita pizzería.
Conocemos a Pablo Rodríguez-Fernández, físico doctorado en el MIT, quién nos mostrará el reactor. Primero, Pablo nos muestra una presentación con los principios básicos de la energía de fusión que permiten a todo el mundo entender tanto el funcionamiento de la misma como su relevancia.
De esta manera, nos dirigimos al reactor emocionados, calculando lo que estábamos a punto de ver. Y es que no es para menos porque vimos de primera mano cómo es una máquina que tiene el potencial de cambiar el mundo.
Al finalizar, fuimos a facturar nuestras maletas con la sorpresa de que no estaban incluidas. Intentamos negociar desde nuestro espíritu mover pero fue en vano ante la intransigencia de la compañía aérea. Aun así pasamos el control con más o menos suerte, pero sin problema.
El viaje de avión se pasó entre la siesta de unos y las charletas de otros, pero con un exagerado aire acondicionado. Sin casi darnos cuenta, de repente se podía apreciar desde la ventanilla como se abre ante nosotros una gran ciudad, llena de rascacielos, iluminada por inmensas pantallas, que casualmente estaba lanzando fuegos artificiales como si para nosotros fueran… ¡Habíamos llegado a nuestro último destino, Nueva York!
Con los pies en tierra nos llevaron al hotel en coche y nos topamos con un atasco, viviendo la auténtica experiencia neoyorquina 🙂 Dejamos las maletas en el histórico hotel Roosevelt para cenar un hot dog en Times Square. Y sin duda comprobamos que las luces de Nueva York hacen honor al nombre que recibe, la ciudad que nunca duerme, y es entonces cuando entendemos que ¡nuestra aventura en esta ciudad ha comenzado!
Adrián García – Mover by FUE 6ª edición